1.6. VIDA EJEMPLAR: San Juan Pablo II.
(Wadowice, Cracovia, 1920 - Roma, 2005) Sacerdote polaco, de nombre Karol Wojtyla, elegido Papa en octubre de 1978 mientras ocupaba el puesto de cardenal-arzobispo de Cracovia; fue primer pontífice no italiano en más de cuatro siglos.



Era hijo de un oficial de la administración del Ejército polaco y de una maestra de escuela. De joven practicó el atletismo, el fútbol y la natación. Fue también un estudiante excelente, y presidió diversos grupos estudiantiles. Desarrolló, además, una gran pasión por el teatro, y durante algún tiempo aspiró a estudiar Literatura y convertirse en actor profesional.
Durante la ocupación nazi, compaginó sus estudios y su labor de actor, con el trabajo de obrero en una fábrica, para mantenerse y para evitar su deportación o encarcelamiento. Fue miembro activo de la UNIA, organización democrática clandestina que ayudaba a muchos judíos a encontrar refugio y escapar de la persecución nazi.

En tales circunstancias, la muerte de su padre le causó un profundo dolor. La lectura de San Juan de la Cruz, que entonces buscó como consuelo, y la heroica conducta de los curas católicos que morían en los campos de concentración nazi fueron decisivas para que decidiera seguir el camino de la fe. Mientras se recuperaba de un accidente, el futuro pontífice decidió seguir su vocación religiosa, y en 1942 comenzó sus estudios sacerdotales. Ordenado sacerdote el 1.º de noviembre de 1946, amplió sus estudios en Roma y obtuvo el doctorado en Teología en el Pontifico Ateneo Angelicum. De regreso a Polonia, desarrolló una doble tarea, por un lado pastoral, llevada a cabo en diversas parroquias obreras de Cracovia, y por otro lado intelectual, impartiendo clases de Ética en la Universidad Católica de Lublin y en la Facultad de Teología de Cracovia.
En 1958 fue nombrado auxiliar del arzobispo de Cracovia, a quien sucedió en 1964. Ya en esa época, era un líder visible que a menudo asumía posiciones críticas contra el comunismo y los funcionarios del gobierno polaco. Durante el Concilio Vaticano II destacó por sus intervenciones sobre el esquema eclesiástico y el texto sobre la Iglesia en el mundo contemporáneo.
En 1967 el Papa Pablo VI lo nombró cardenal, y el 16 de octubre de 1978, a la edad de cincuenta y ocho años, fue elegido para suceder al papa Juan Pablo I, fallecido tras treinta y cuatro días de pontificado. De este modo, se convirtió en el primer Papa no italiano desde 1523 y en el primero procedente de un país del bloque comunista.


El 13 de mayo de 1981 sufrió un grave atentado en la Plaza de San Pedro del Vaticano, donde resultó herido por los disparos del terrorista turco Mehmet Ali Agca. A raíz de este suceso, el Papa tuvo que permanecer hospitalizado durante dos meses y medio. Una vez recuperado acudió a la cárcel para perdonar a su agresor. 

Ali Agca le explicó que no entendía como pudo salir vivo puesto que le disparó directamente al corazón. El Papa siempre atribuyó su salvación a la Virgen de Fátima (Portugal). Por eso dentro de la corona de esa imagen se guarda la bala que extrajeron del cuerpo de Juan Pablo II. El 13 de mayo de 1982 sufrió un intento de atentado en el Santuario de Fátima durante su viaje a Portugal. Sin embargo, el pontífice continuó con su labor evangelizadora, visitando incansablemente diversos países, en especial los pueblos del Tercer Mundo (África, Asia y América del Sur).

Después de la muerte de Juan Pablo II el 2 de abril de 2005, el Vaticano vivió una jornada histórica. El entierro más multitudinario de un papa se celebró el 8 de abril de 2005, y a él acudieron personalidades de todos los países, todas las culturas y todas las religiones. Allí se congregaron cuatro reyes, cinco reinas, más de 70 presidentes y primeros ministros y unas 2.500 personalidades de relevancia mundial. Dos millones de peregrinos se congregaron en las calles de Roma para acudir a su funeral, durante el que pidieron con sus aclamaciones la canonización del fallecido pontífice.



Fue un hombre extraordinario que tuvo un papel fundamental en la caída del comunismo y en la renovación de la Iglesia después del Concilio Vaticano II. Destacaba su amor a la Virgen, su simpatía y amabilidad y su espíritu abierto que le llevó a establecer lazos con dirigentes de todos los países y confesiones religiosas. Se esforzó por ser un Papa cercano. Visitó 133 países y dio el equivalente a 29 vueltas a la tierra.